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EL PERAL SALVAJE
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Siento verdadera admiración por las películas de Nuri Bilge Ceylan (Sueño de invierno, Palma de Oro en Cannes, Érase una vez en Anatolia, Premio del Jurado), director turco al que le gusta explorar las contradicciones, las falsedades y el devenir existencial de la conciencia humana. En su última película, como si de una escuela socrática se tratara, los diálogos del protagonista con diferentes personajes consiguen sembrar en el espectador la semilla de la duda. Hay que aclarar que los elaborados planos de Nuri permiten estudiar a los personajes elevando así el nivel intelectual de unas conversaciones ya de por sí complejas e incitan a intervenir en ellas.
Sinan (Dogu Demirkol) es un joven que ha terminado sus estudios universitarios y regresa a su pueblo natal. Su sueño es llegar a ser un famoso escritor y tener una vida mejor que la de su familia y sus vecinos. Mantiene consigo mismo un conflicto existencial que le lleva a desdeñar todo lo que se relaciona con su pasado y a mostrar una gran arrogancia hacia todos aquellos que considera "campesinos" Durante sus paseos se va encontrando con conocidos del pasado: una amiga de la adolescencia, dos imanes amigos de antaño, que le permiten mantener interesantes diálogos sobre literatura, historia, religión o el papel de la mujer en la sociedad. Son conversaciones muy bien construidas, que se van desarrollando con una gran naturalidad, libres de artificio y en ocasiones con algún guiño humorístico lo que posibilita que las tres horas de duración de la cinta sean amenas y edificantes.
Mención aparte merecen la relación de Sinan con su padre y su encuentro con un escritor renombrado. El protagonista mantiene una ambigua relación de rechazo y amor con su progenitor, que es maestro (magnífico Murat Cemcir). Le reprocha que su adicción al juego haya arruinado a la familia que ha contraído deudas con gente del pueblo. Le juzga duramente y se avergüenza de él. Su encuentro con un célebre escritor a quien admira, tiene lugar delante de fotografías de escritores con afinidades existencialistas como Cioran, Beauvoir, Wolf... y contribuirá más a elevar su frustración ya que, ante sus provocativas argumentaciones, propias de quien vive más de sueños que de realidades, recibirá una buena lección de humildad. Charlas, realidad y el fracaso de su novela contribuirán a cambiar la percepción hacia su entorno y hacia sí mismo, a aceptar su propia identidad y a dejar de ser una metáfora de un peral salvaje, árbol cuyo fruto es desechado por su deformidad y sabor desagradable.
Pero no solo los diálogos y los planos consiguen un elevado nivel. Sería injusto no señalar las estupendas actuaciones de todos los actores, las escenas lentas pero con un ritmo sostenido, la magnífica fotografía y la muy apropiada y emotiva banda sonora.
Núria Farré. facebook@cinemaperaestudiants.cat
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